La plataforma de ONG sobre drogas y adicciones PODA, a la que pertenece Punto Omega a través de la UNAD, realizó una comparecencia ante la Comisión Mixta del Congreso-Senado para el estudio del problema de las drogas, el 6 de junio de 2012. Esta cita se cerró con la propuesta de mantener con los parlamentarios una agenda abierta y con tres conclusiones.
La primera de ellas fue señalar la diferencia entre la percepción y la repercusión real del “problema de las drogas”, de modo que, aunque disminuya notablemente la inquietud que los problemas de drogas despiertan en los españoles, la realidad es otra, toda vez que no se corresponden con los datos que nos aportan las encuestas.
En segundo lugar, PODA estima un error considerar las adicciones como una enfermedad más, incluirla en la red pública sanitaria y a los profesionales sanitarios como los únicos que deben intervenir con las personas con problemas de drogas, todo ello en aras de la normalización de este fenómeno.
Y, por último, PODA quiere alertar sobre los graves riesgos que la crisis –y por ende, los previsibles recortes presupuestarios– pueden provocar para el sector ya que, de hecho, son las entidades presentes en la PODA quienes –con el apoyo de las diferentes administraciones– gestionan en una gran parte la actual red asistencial: programas en prisión, programas de mantenimiento con metadona, comunidades terapéuticas, pisos de acogida o de reinserción, tratamientos ambulatorios para problemas emergentes o programas para menores, entre otros.
La primera de ellas fue señalar la diferencia entre la percepción y la repercusión real del “problema de las drogas”, de modo que, aunque disminuya notablemente la inquietud que los problemas de drogas despiertan en los españoles, la realidad es otra, toda vez que no se corresponden con los datos que nos aportan las encuestas.
En segundo lugar, PODA estima un error considerar las adicciones como una enfermedad más, incluirla en la red pública sanitaria y a los profesionales sanitarios como los únicos que deben intervenir con las personas con problemas de drogas, todo ello en aras de la normalización de este fenómeno.
Y, por último, PODA quiere alertar sobre los graves riesgos que la crisis –y por ende, los previsibles recortes presupuestarios– pueden provocar para el sector ya que, de hecho, son las entidades presentes en la PODA quienes –con el apoyo de las diferentes administraciones– gestionan en una gran parte la actual red asistencial: programas en prisión, programas de mantenimiento con metadona, comunidades terapéuticas, pisos de acogida o de reinserción, tratamientos ambulatorios para problemas emergentes o programas para menores, entre otros.