3000 reclusos atendidos por la UAD


La Unidad de Atención al Drogodependiente (UAD) ha abierto en junio el historial número 3.000 para atender a Juanjo, el último recluso que ha ingresado en el Programa de Deshabituación de Drogas del Centro Penitenciario Madrid IV, en Navalcarnero (Madrid).
La UAD es un equipo mixto, formado por profesionales de la ONG Punto Omega (psicólogas, trabajadoras sociales, educadoras sociales, terapeutas ocupacionales y técnico de laboratorio) y del Centro Penitenciario (psicólogo, jurista, trabajador social, educador, etc.); dieciséis personas que trabajan coordinadamente desde hace 18 años.
La UAD aplica el programa penitenciario español con menor índice de reincidencia, según datos de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Estos buenos resultados han animado a 3.000 presos, como Juanjo, a solicitar desde 1992 su traslado a la Unidad.
MÓDULOS TERAPÉUTICOS

La profesionalidad y la estrecha coordinación definen la atención que ofrece la UAD en los dos módulos terapéuticos, el 3 y el 4 de esta prisión, con capacidad para 150 reclusos.
El módulo terapéutico es una modalidad de tratamiento residencial que, a diferencia de la comunidad terapéutica, no pretende aislar al paciente, sino aprovechar todos los recursos cercanos. En este caso, los proporcionados por el centro penitenciario: escuela, actividades deportivas, actividades ocupacionales… así como los tratamientos específicos: violencia de género, programa de control de agresión sexual y programa para internos con patologías psiquiátricas graves.
Este tipo de tratamiento aumenta las posibilidades de éxito del proceso porque no solo facilita la abstinencia, sino también la recuperación del deterioro cognitivo correspondiente a la adicción a la cocaína.
RED SANITARIA

La Unidad de Atención al Drogodependiente está incluida en la Red sanitaria al ser un recurso de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. Permite por tanto que los pacientes puedan seguir tratamiento cuando son ingresados en prisión y realiza derivaciones directas de sus pacientes a cualquier dispositivo de la Red cuando el recluso queda en libertad.
El programa, que ha funcionado al 99% de capacidad, ha evaluado a cerca de 6.000 reclusos desde su inicio, en 1992.